El agotamiento de un acogedor no está causado por el trabajo más o menos difícil de tener a un menor en casa, reeducarle, pasar malas noches, o interactuar con la tan temida familia biológica, ( idea preconcebida socialmente y que en multitud de ocasiones no se ajusta a la realidad, otras desgraciadamente sí.)
Tampoco nos cansa esa falsa admiración que nos muestran vecinos, amigos, compañeros de trabajo e incluso familiares, nos admiran, eso dicen, pero luego son incapaces de mostrar comprensión o empatía cuando nuestro niño acogido no se porta como ellos consideran en una comida o reunión. Ahí empiezan las críticas hacia nosotros como educadores, hacia nuestra cordura, e incluso se permiten poner en tela de juicio nuestra motivación o verdadero interés por acoger. Algunas veces tampoco muestran ningún respeto hacia el niño y su historia, es entonces ya con esto último y que es intolerable, se quedan en el camino esas relaciones y afectos perdidos, que al fin y al cabo no merecían tanto la pena, tampoco todo esto nos desanima.
No nos rendimos, los padres acogedores, ante la lucha diaria que mantenemos con escuelas e institutos, con profesores, orientadores y padres de otros niños compañeros de colegio. Digo lucha por que lo es y muy grande cuando tenemos un sistema de enseñanza que no trabaja adecuadamente y no entiende el ritmo de nuestros niños, un sistema carente de recursos para dotar a las aulas de todo aquello que necesiten para alcanzar un nivel adecuado y sobre todo una plena integración social.
También aguantamos estoicamente todas las siglas extrañas con las que en salud mental pretenden diagnosticar a nuestros niños, todos esos tratamientos y medicaciones en los que pretenden calmar y centrar al niño, (monstruo y dolor que el niño lleva dentro) parece ser que es mejor taparlo que dejarlo salir y tratarlo. Esa es la realidad de muchos de los tratamientos, cuando hay un diagnostico muy claro y que se llama DESAMOR, RABIA, TRISTEZA, CULPA, y todos sabemos de lo que hablamos.
Otra de las cosas que nos pueden resultar un obstáculo es luchar con la invisibilidad de nuestros acogidos, parece ser que nadie sabe que existen en España cerca de 40.000 menores bajo la tutela del estado y que en la calle de al lado hay un centro con 12 o 15 niños o una familia acogedora con uno o varios acogidos, las explicaciones continuas de que modelo de familia, y por qué…. y para que…. y si tienen antenas o tres pies, porque claro son tan desconocidos…. tan diferentes……. Que cuando los conocen abren la boca sorprendidos y dicen que monos……. Puede ser muy frustrante y enojoso, pero podemos con ello y tenemos la esperanza de que esto cambie.
Duro muy duro también es tener a un menor sin documentación y que esta circunstancia le haga doblemente invisible e inexistente para el sistema. Luchar, hablar y rogar ante todos los estamentos para conseguir que un derecho fundamental como es el de tener un nombre y una filiación les sea reconocido, muy duro ver que el estado que se supone que es su protector y mayor garante de su cuidado y derechos haga caso omiso a esta situación enquistada en el tiempo.
Pero de verdad lo que como padres acogedores no podemos soportar y nos agota hasta el hastió y nos hace perder toda la credibilidad en las instituciones, es escuchar a los políticos apostando por el acogimiento familiar, lanzar campañas para captar familias, darnos las gracias en eventos y congresos hacerse una foto para la prensa y no volver a acordarse de nosotros ni de los menores hasta el año siguiente. Me chirrían los dientes sobre todo cuando pronuncian la tan trillada frase de por el interés superior del niño. Nos enfada darnos cuenta cada día de no tienen voz ni voto, de que dentro de los servicios sociales siempre son los últimos a tener en cuenta a la hora de presupuestos.
Esto sí que me cansa y me agota, que no quieran ver que la mejor apuesta por el acogimiento familiar es un mejor cuidado del recurso y todos los que estamos dentro de él, que se crean que nos convencen. Pues no, no lo hacen señores políticos y mandamases.
Seguimos en esto porque a nosotros las familias acogedoras, si nos importan los niños y persistimos a pesar de las dificultades porque los tenemos a ellos que son lo mejor y eso compensa la gran dificultad del acogimiento que es depender de las administraciones que estos señores dirigen y que en multitud de ocasiones nos maltratan por omisión de su verdadera función que es proteger y ayudar a los menores acogidos y las familias acogedoras.
Familias de acogida de España 